Ante más de un millón de personas en una multitudinaria e histórica concentración en Estambul en repudio al frustrado golpe de estado del pasado 15 de julio, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, dijo: "Si el pueblo quiere la pena de muerte, los partidos respetarán su voluntad".
"Propusieron volver a introducir la pena de muerte. Es un asunto que queda en manos del Parlamento. Hay que tener en cuenta que la pena de muerte existe en Estados Unidos, China y otros lugares", instó ante más de un millón de personas.
Y agregó: "Aceptaré cualquier decisión que tome al respecto. Si la gente lo desea, los partidos deben respetar su opinión".
Las últimas ejecuciones en Turquía fueron en 1984, cuatro años después del golpe militar de 1980 que hizo un amplio uso de esa condena, pero la abolición legal de este castigo sólo llegó en 2004.
Para reintroducir la pena de muerte sería necesario reformar el artículo 38 de la Constitución, para lo que actualmente no parece haber mayoría en el Parlamento, consignó la agencia de noticias EFE.
En medio de las críticas de occidente sobre purgas y detenciones generalizadas, el presidente recibió un masivo apoyo popular, en una manifestación antigolpista atravesada por miles de banderas turcas que le daban color al recinto Yenikapi de Estambul, un espacio, de 400.000 metros cuadrados lleno a pleno.
Entre la multitud, se leían carteles con leyendas como "Erdogan es un regalo de Dios" o "Moriríamos por el presidente", así como fotografías del jefe del Estado y del fundador de la república, Mustafa Kemal Atatürk
Esta es la primera vez en décadas en que las formaciones opositoras que acuden a una concentración en apoyo al gobierno del país de casi 80 millones de habitantes, a excepción de la tercera fuerza del país, el partido prokurdo HDP, que no fue invitado ya que Erdogan lo acusa de estar vinculado al prohibido Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).