Inició su carrera como movilero en Arroyo Seco y, con esfuerzo, se consolidó en el medio. A pesar de los desafíos, incluidos problemas de visión, nunca se detuvo. “Lo más importante es no bajar los brazos”, afirmó, destacando la perseverancia, la fe y el apoyo de su familia y amigos.
Siempre con humildad, Godoy ha demostrado que su legado en la locución y su compromiso con la comunidad lo convierten en un referente indiscutible.